Que hay niños sin techo puede pasar en cualquier comunidad autónoma o ciudad europea, pero que sea reincidente y encima que no se pueda encontrar una solución debido a la gran cantidad de niños de la calle. Encima niños con una vida delincuente y drogadicta en el que algunos inhalan pegamento o disolvente; otros fuman hachís. De cerca se les ve las pupilas dilatadas y, por lo general, muestran una actitud desafiante y la mayoría de ellos roban para poder drogarse. Muchos de ellos han escapado de su ciudad natal de Marruecos cruzando ilegalmente y sin supervisor de un mayor en la que la ciudad autónoma de Melilla, esta acostumbrada desde hace décadas.
Muchos de ellos conviven en los bosques apartados, en los puertos y en sitios donde sean zonas no muy vigiladas y realmente pobres y descuidadas. Todos tienen un solo objetivo como Mohamed, un niño marroquí que escapó de su casa porque fue violado y maltratado durante años y que ahora solo quiere una cosa; ” Colarse en un ferry y cruzar el estrecho”.
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